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Crimen de Brenda, Morena y Lara: quiénes eran las chicas asesinadas en Florencio Varela

En los monoblocks de La Tablada, Brenda era «la piba que trabajaba en el kiosco 24 horas del 19». Morena, la prima de Morena, que vendía ropa, chocolates, alfajores, lo que pudiera comprar. Lara era una chica que vivía en «el 4y5» con su abuela, que la llevaba todas las semanas al templo evangélico «Cristo la salvación».

Crimen de Brenda, Morena y Lara: quiénes eran las chicas asesinadas en Florencio Varela
Crimen de Brenda, Morena y Lara: quiénes eran las chicas asesinadas en Florencio Varela

Pero ahora, antes de ser las víctimas de un crimen brutal, Brenda del Castillo (20), Morena Verdi (20) y Lara Morena Gutiérrez (15) se convirtieron en remera. «Si las buscamos no desaparecen», dicen las que imprimieron este fin de semana pidiendo por la aparición de «las chicas».

Las fotos de las chicas, sus Instagram y los grupos de WhatsApp se volvieron virales en cuestión de horas. Todos los vecinos, amigos y familiares que cortaron, además, la rotonda de La Tablada, sabían que en este barrio de La Matanza faltaban tres.

Protesta en la rotonda de La Tablada. Foto: Luciano Thieberger.

Este miércoles por la mañana se confirmó lo que nadie quería pensar. A Brenda, Morena y Lara las buscaban vivas. Pero los investigadores encontraron sus cuerpos en el fondo de una casa ubicada en Río Jáchal y Chañar, en Villa Vatteone, partido de Florencio Varela.

Fue después de que las cámaras de seguridad de la Municipalidad de La Matanza las detectaran subiendo a una Chevrolet Tracker blanca el viernes, poco después de salir de sus casas. Esa camioneta recorrió La Matanza, pasó por Lomas de Zamora y llegó hasta Florencio Varela, justo el lugar en el que impactó el celular de una de las víctimas.

Así fue el momento en que las tres chicas desaparecidas en La Matanza se suben a la camioneta blanca

Brenda había trabajado vendiendo ropa en Facebook y también en el kiosco 24 horas del barrio. Compartía el tiempo con Micaela (32), otra vecina.

«Ella siempre fue muy buenita, divertida, una gran persona. Tanto ella como su familia nunca tuvieron problemas con nadie, siempre fueron muy tranquilos. A mí lo que me da más bronca es que no la buscaron», le dijo a Clarín.

Brenda vivía con Paula, su mamá, y sus hermanos menores. Había ido a una escuela en Aldo Bonzi y hacía algunas semanas le había festejado el primer año a su hijo en un salón.

La casa del horror, en Varela. Foto Francisco Loureiro.

«Siempre la veíamos con el carrito, cuidando a su bebé. Era una mamá muy cuidadosa de su nene, siempre con él. El padre no estaba presente, pero ella andaba siempre con su mamá, con sus abuelos, tomando mate en la vereda o con los nenes del barrio jugando en la puerta», recordó Jimena, otra vecina del complejo 19.

«Acá lo que falla es la justicia, no puede ser que hayan tardado tanto. No las buscaron, si no era por los medios no las buscaban. Las antenas rastrearon ayer (por el martes), por eso fueron a Varela, pero eso lo tendrían que haber hecho al principio. Acá falla la Policía, porque a la familia no quisieron tomarle la denuncia hasta el sábado a la noche. Y la Justicia porque no las buscó», agregó Jimena.

Los vecinos se reúnen en grupo. Entre conocidos y entre quienes tienen un celular que reproduce un video, un dato nuevo o un canal de noticias dando información sobre la investigación.

Marcha en Plaza Flores por el crimen de Brenda, Morena y Lara. Foto Santiago Garcia Díaz.

Escuchan, atentos, las especulaciones alrededor del crimen de «las chicas».

A Brisa, Morena y Lara las mataron y el fiscal Gastón Duplaá, de la UFI Descentralizada Nº 2 de Laferrere, investiga si fueron víctimas de una venganza narco en manos de una banda de peruanos de la villa 1-11-14.

«Tiene la edad de mi hija, una mujer, porque yo me pongo en el lugar de las mamás. La verdad es que es una injusticia. Acá hay algo metido, algún interés tuvo que haber para que no las buscaran. Cómo puede ser que a Pampita le resolvieron todo al toque y le robaron la casa, acá desaparecieron tres chicas y cuatro días sin nada», se enojó otra vecina.

Transmitieron los asesinatos de las tres chicas de La Matanza en vivo por Instagram para un grupo cerrado

Morena vivía con Sabrina, su mamá y sus dos hermanos. Era prima de Brenda por parte de su papá.

Antonio, el abuelo de las dos chicas, se convirtió en el vocero de las protestas pidiendo justicia por el crimen de las jóvenes.

Yamila tiene 30 años y es docente en una escuela de Aldo Bonzi. Vive en el mismo complejo que la abuela de Lara, que hace un tiempo se mudó con su mamá. «Venía de visita, tenía hermanitos. Yo la recuerdo como una nena chiquita que iba al templo con su mamá. Estamos acompañando acá hasta que se sepa la verdad de lo que pasó, por Lara y por todas las chicas», le dijo a Clarín.

Antonio (centro), el abuelo de dos de las chicas. Foto: Luciano Thieberger.

«¿Por qué todos hablan de lo que hacían las chicas en vez de hablar de lo que les hicieron? ¿Nadie habla de los que las secuestraron y las lastimaron así? A mí no me importa lo que hacían, eran vecinas de nuestro barrio, se las llevaron y las mamás las tuvieron que ir a reconocer descuartizada», se indignó Alicia, que no conocía a las víctimas pero que decidió acompañar a las familias.

«Queremos ser la voz de las chicas. Porque no las buscaron, se centraron en que eran trabajadoras sexuales, por lo que estaban haciendo, en vez de intentar salvarlas», cerró Brisa, otra vecina.

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